El Real Madrid afrontará un nuevo partido de exigencia máxima en apenas siete días cuando reciba este miércoles al Bayern de Múnich, actual campeón de Europa, en un primer capítulo de la semifinal de la Liga de Campeones donde los locales, pendientes de Cristiano Ronaldo, quieren hacer valer el Santiago Bernabéu para viajar con cierta tranquilidad al Allianz Arena.
El conjunto madridista y el alemán vivirán un nuevo 'clásico' del Viejo Continente, una eliminatoria que se repite por décima ocasión, once si se cuenta el partido de la segunda fase de grupos de la edición 1999-2000, en busca nuevamente de la gran final del torneo, una barrera que se la ha resistido a los blancos desde hace más de diez años, todo lo contrario que a su rival, que aspira a jugar la tercera final consecutiva, la cuarta en las tres últimas campañas.
El Bayern quiere volver a ser 'bestia negra' como hace dos años y para ello se presenta como una seria amenaza en el feudo blanco, acompañado de otra 'bestia negra' del equipo de Carlo Ancelotti, un Pep Guardiola que nunca ha perdido en el Bernabéu cuando dirigía a un FC Barcelona con el que existen las comparaciones con su actual escuadra.
Las similitudes existen, como bien ha reconocido el técnico madridista, pero en la actualidad, el estado de ánimo y deportivo y el diferente corte de sus fubolistas, hacen del conjunto germano un enemigo mucho más complicado que el equipo azulgrana, aunque el Real Madrid se parecerá bastante al de la final de la Copa del Rey.
El primer título de la temporada puede ser un revulsivo en el vestuario, que se ha quitado un peso de encima, aunque la 'Décima' continúa siendo una especie de obsesión. Además, el equipo lo hizo sin su estrella, lo que permitió la evolución de otros jugadores como Isco o Di María, o la explosión de Gareth Bale.
Ancelotti está pendiente de 'CR7', al que realizarán una prueba el mismo día del partido para ver su estado. En el conjunto blanco no quieren tomar riesgos con el portugués que, parece casi seguro, se sentará de inicio en el banquillo por lo que el once será, salvo sorpresa, el mismo que en Mestalla con Coentrao en el lateral izquierdo porque Marcelo no llega a tiempo.
De todos modos, el nueve veces campeón de Europa casi se ha 'acostumbrado' a jugar sin Cristiano e incluso se le pudo ver más solidario en la actitud defensiva en la final copera, con un Ancelotti que varió su habitual 4-3-3 a un 4-4-2, o incluso con cinco centrocampistas, para cortocircuitar el juego entre líneas del Barça, fundamentalmente a Leo Messi.
Un Bayern con muchas alternativas
Sin embargo, Guardiola no tiene al argentino, pero sí tiene otras variantes que le hacen ser más imprevisible. El fútbol del equipo alemán no tiene la velocidad en los metros finales de la mejor versión azulgrana, pero tiene argumentos de sobra para poner a prueba la solidez defensiva local.
Así, cuenta con el peligro por las bandas con la velocidad y desborde de Ribéry y Robben, que se pueden asociar con Mandzukic, un '9' del que no dispone en la actualidad el equipo de Martino, la llegada de Muller, su máximo goleador en el torneo con cinco tantos, o con la amenaza del disparo lejano que le dan jugadores como Schweinsteiger o Toni Kroos.
Lo que no cambiará en el Bayern será la ambición por tener la pelota y la estadística de la UEFA dice que es el conjunto que más la acapara, con un 73 por ciento, algo que tratará de impedir el conjunto blanco, que ya dejó claro hace una semana que no necesita el esférico para crear peligro por su peligrosa y veloz 'contra'.
Guardiola ha perdido ahí a un jugador clave como Thiago y debe decidir que centro del campo conforma, sobre todo si sitúa ahí a Lahm o le pone en su antiguo sitio en el lateral derecho en lugar de Rafinha. Si no cambia el capitán, jugará junto a Kroos, seguro por todo lo que ofrece, y además de los extremos quedarían dos plazas a decidir entre Schweinsteiger, otro jugador de mucho despliegue y buena llegada también desde atrás, Muller, Mandzukic o incluso Gotze.