Tetris fue creado por un ingeniero informático ruso en 1984 y está unido a lo más granado de la tecnología. Empezó en un IBM PC, luego pasó a un Apple II, a Commodore 64, a Atari, a Spectrum pero su gran éxito fue con la popular Game Boy de Nintendo.
Pues bien ahora el nombre de Tetris aparece de nuevo ligado a un avance que ya se considera revolucionario. Hablamos de un sistema neurológico que se llama BrainNet. Científicos de las universidades de Washington y Carnegie Mellon dirigidos por Andrea Stocco, han conseguido unir mediante electrodos los pensamientos de tres personas y terminar una jugada del Tetris.
Una red de tres personas en la que dos eran remitentes y la tercera era capaz de recibir y transmitir. Todas estaban en salas separadas y sin comunicación convencional. La prueba consistía en resolver una jugada de Tetris. Para ello los remitentes variaban las señales eléctricas que producían sus cerebros. Si generaban una señal de 15 Hz de sus cerebros el cursor se movía hacia el lado derecho de la pantalla. Si era de 17 a la izquierda. Los remitentes lo controlaban mediante los electroencefalogramas a los que estaban conectados. El receptor también usaba además un TMS, que es una herramienta que mide la estimulación magnética transcraneal. Él solo veía la mitad superior de la pantalla de Tetris por lo que podía ver el bloque pero no cómo debía girarse. Por eso recibía señales a través del TMS de cada remitente que le indicaban si rotar o no rotar.
Esta unión de pensamientos consiguió encajar la pieza del Tetris. Una pequeña jugada, pero un paso gigantesco para la humanidad, que diría Armstrong, porque supone el inicio de la creación de redes cerebrales grupales más complejas.