Como ya tendrá tiempo el año nuevo de irnos llevando la contraria, te propongo empezar este año con las noticias que invitan al optimismo en 2023. Y las noticias no solo están en lo que pasa, también en lo que está dejando de pasar. Por fin hemos vuelto a celebrar unas Navidades con normalidad después del Covid. La mejor noticia del año pasado en lo sanitario fue ver cómo remitía la pandemia, y la letalidad del virus gracias a las vacunas. El coronavirus sigue presente pero nos hemos podido ir olvidando poco a poco de él. Para celebrar el año nuevo hemos podido juntarnos por fin a cenar, a bailar y a viajar sin restricciones. Quién se acuerda ya de las restricciones de la pandemia si quedan allá, a lo lejos, en el 2022.
Además, en el año nuevo continúan avances prometedores en medicina para seguir salvando vidas. Entre las principales razones para el optimismo en 2023 el New York Times destaca que cada vez estamos más cerca de las vacunas contra el cáncer por las esperanzas que dan los resultados preliminares de las últimas investigaciones. Hay por ejemplo una vacuna nueva contra el cáncer de piel que está funcionando bien en los ensayos preliminares. Y anticipan más vacunas por venir que de funcionar podrían salvar muchas vidas.
Aunque 2023 va a ser un año muy complicado en lo energético, con la amenaza de cortes de suministro por la guerra en buena parte de Europa, la energía renovable está saliendo impulsada por la crisis y se espera que se duplique en cinco años. Este podría ser el año que despegue de la aviación eléctrica.
Mientras dure la guerra en Ucrania, el mundo seguirá lidiando con mercados inestables de petróleo y gas, pero también que está redoblando sus esfuerzos para crear a largo plazo un sistema energético más barato, más limpio y más seguro con las renovables. El corto plazo es verdad que es mucho más preocupante, pero eso lo dejamos para otro día.
Ya tendremos tiempo de hablar de Putin, de la inflación y la subida de tipos de interés.
¿Moraleja?
Vamos a empezar el año con optimismo y confiemos que las buenas noticias no sean un espejismo.
