Madrid |
Estas elecciones llegan con la desaceleración cogiendo velocidad. El Gobierno recorta previsiones de crecimiento, al 2,1% y repite y repite que crecemos más que la media europea.
Pero esa Europa que crece menos sufre la mitad de paro. España cuenta con casi 19,9 millones de ocupados, la mayor cifra de su historia, pero es incapaz de bajar de los 3 millones de parados. Hemos tardado más de diez años en reducir la tasa de paro por debajo del 14%; todavía estamos en el 13,9%. La crisis quedó atrás pero dejó enormes heridas y una gigantesca deuda pública del 98%. Hacienda y Economía insisten en que cumpliremos con nuestros objetivos de déficit, pero la Comisión Europea reclama más esfuerzos.
La cuestión está hacia donde girar la balanza, más impuestos o menos. Más gastos o más ajustes. Cómo sostener los más de 9 ,7 millones de pensiones. Decisiones que afectan al bolsillo de los ciudadanos y a su nivel de vida y poder adquisitivo.
Esto en mitad de una ralentización de la economía mundial, como alerta el FMI. Zarandeados por la geopolítica de los grandes imperios, como Estados Unidos y China. Sorprendidos por la inestabilidad generada por el Brexit. Cabalgando sobre la cuarta revolución industrial.
La más profunda, la tecnológica- digital, con la amenaza del cambio climático sobre nuestras cabezas. De ahí la importancia también de saber cómo vamos a enfrentarnos a estos retos, cómo se va a hacer la transición energética y cómo vamos a prepararnos para una digitalización y robotización imparables.