Sigue nevando. En la tele, siempre es invierno. Gritan en el gobierno “Pedro Sánchez y cierra España”. Pretende pararle el corazón a mi Españita. Después se supone que mi Españita volverá a la vida como Lázaro. Parece un plan arriesgado. LA resurreción de quién depende. Sánchez dice que consultó a los expertos sanitarios si hacer el 8M, pero paró las empresas sin consultar a los empresarios. Sánchez consulta a quien quiere, que para eso es el presidente.
Luego sale al atril la ministra meiga de trabajo. Yolanda Díaz cambia tanto de aspecto que Rosa Belmonte le ha puesto de mote Mortadelo. Para tranquilizar al personal, Iglesias tuitea que según la Constitución, la riqueza y sus propiedades están supeditadas al interés general y digo: Y viceversa.
Los vecinos cruzan la calle envueltos en una sombra de sospecha. Recuerdo cuando cada encuentro era una fiesta. España se sostenía sobre un andamiaje de fortuna hecho a base de solidaridad, patrones de mascarillas, aplausos y bizcochos con masa madre. Ahora por momentos siento que todo eso se esfuma y el espacio lo ocupan los enfermos y su soledad. Sabíamos que íbamos a morir muchos, pero no que fuéramos a morir tan solos.