El cuarderno de Chapu: "Deshonores de Estado"
Traigo que Quim Torra ha recibido a Pedro Sánchez en el palau de la Generalitat como si fuera el prìncipe de las antípodas.
Al president Sánchez ha sacado una escuadra de la guardia de honor de los Mossos que vestidos de gala tienen un rollo pop como de alabarderos de Willy Wonka. Le ha plantado una bandera española del tamaño de Laura Borrás y lo ha llevado a ver la escultura que le hizo Llimona al desconsuelo, que es el núcleo del planeta del independentismo. Tan ceremonioso ha sido que el jefe de gabinete de Sánchez iba dando cabezazos y reverencias a Torra como fuera Naruhito
El president Torra ha tratado a Sánchez como si fuera su homólogo y le ha regalado dos libros, para que digan que los catalanes son tacaños. Sánchez a cambio le ha regalado su sonrisa. Ha sido una ceremonia tan guapa que hacía daño verla verla. Qué gente tan guapa! Qué suelos! Qué puertas! Porque Torra, que es rubio pero no tonto, con todas esas atenciones estaba recibiendo a España como si fuera una nación extraña, distinta y lejana, como una civilización extraterrestre. Ha recibido a Sánchez con deshonores de Estado. Después toda esa incomodidad palaciega se ha diluido. Ha salido Sánchez ha dicho “diálogo”, “nuestros hijos” “nueva era” y “hombres y mujeres” y “encuentro” y “la ley no basta” y ha hecho el mindfulness ese en el que pone a España de rodillas, pero los chacras como los chorros del oro.