LA BRÚJULA

La carta de Ónega a la 'Fase 0': "Este país necesita que el día haya ido bien"

Y buenas noches, primera noche del primer día de la fase cero. Sé que es un saludo extraño, como extraña es la destinataria de esta carta. Pero es que esta jornada ha sido el punto de partida del examen colectivo para pasar a la fase uno y llegar al paraíso prometido de la “nueva normalidad”.

Fernando Ónega

Madrid |

Cuatro islas han convalidado ya las asignaturas para pasar curso y el resto del país contiene el aliento. Iniciamos la hoja de ruta de sesenta días y cuatro fases en medio de muchas tensiones políticas, sin saber si seguiremos en estado de alarma, sin saber si tendremos algún pacto de Estado, sin saber quién ganará el combate que enfrenta a Sánchez y a Casado y a Sánchez con todos o casi todos los demás. Pero esta noche eres una noche de examen.

Ha dicho Lorenzo Amor, presidente de ATA, Asociación de Trabajadores Autónomos, que han abierto la mitad de las peluquerías, solo la mitad, a pesar de las oceánicas listas de espera. Ha abierto el 20 por ciento del pequeño comercio y solo el 3 por ciento de la hostelería, a pesar de las ganas que tenemos todos de agotar las reservas de cerveza acumulada. “Día de esperanza e incertidumbre”, te calificó Lorenzo Amor, y me parece una buena definición.

De esperanza, porque cuando se empieza a andar un camino desconocido, se espera que lleve a alguna parte. De incertidumbre, porque no se sabe a dónde lleva. Así estamos todos, confiados en que los datos de la pandemia sean el indicio de algo magnífico, que es su final. Así están los que arriesgan su dinero: el conformista, que piensa que más vale ingresar algo que nada; el pequeño empresario y el autónomo que están pagando un crédito; todos, haciendo números a esta hora para saber si ha valido la pena o cuántos días podrán resistir.

Este escribidor, primer día de la fase cero, se apunta a la esperanza. Necesita apuntarse a la esperanza. Y digo más: este país necesita que el día haya ido bien a los valientes que abrieron, porque hay otros muchos miles que quieren seguirles y todavía no se atreven. Y este país necesita que haya ido bien, y mañana vaya mejor, para que las intransigencias y los egoísmos de la clase política sean derrotados por la sociedad civil.