Los de Pablo Laso pusieron el 5-3 en la tabla para reconducir una Fase Regular empañada en las últimas semanas. La derrota en el Clásico liguero y la reciente ante Baskonia abrieron una herida taponada ante un Unicaja que no encuentra regularidad (3-5). Luka Doncic fue el mejor (13 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias) y Unicaja no tuvo a quién agarrarse, con la baja de Nedovic.
A Unicaja le tocó el día fallón y se convirtió en espectador en un tramo final con diferencias de 30 puntos en el marcador. Los de Plaza, que venían de buenas actuaciones ante Zalgiris --pese a la dura derrota sobre la bocina--, Estrella Roja y Efes, sufrieron la pobre productividad ofensiva que le complica la papeleta en Europa. Por si fuera poco, el Madrid no estaba para regalos.
Para salir del bache, los de Laso tiraron de Doncic y de los puntos de Rudy Fernández en la primera parte. El cuadro local movió bien en ataque, con el esloveno y Campazzo, y tuvo presencia interior pese a la plaga de bajas. Tavares cumplió, pero las faltas le obligaron, al igual que a Reyes, a ver como Thompkins disfrutaba como hacía tiempo.
La sangría en favor de los blancos no hizo más que crecer hasta un claro 40-27 al descanso. Unicaja, con largos periodos sin anotar, amagaba con Alberto Díaz o McCallum para después engordar un pésimo porcentaje de acierto (36 y 25% en tiros de dos y triples), fallando tiros sin oposición. Nadie de verde salió al rescate.
A un Madrid con la losa encima antes del partido, el colchón le vino de perlas para soltarse en el segundo tiempo. Doncic sacó el repertorio e hizo lucir a un equipo necesitado de alegrías. Tavares se comió a Shermadini y Carroll hizo 12 puntos en un broche de alegría para la afición blanca, que se queda ahora dos semanas sin basket, en parte, por la famosa 'ventana'