Fuera del podio como en 2017 y 2015, pero obligados al último esfuerzo en el noveno partido en 15 días, los 'Hispanos' se la jugaron en su despedida del Mundial. Un séptimo puesto con cariz de final, por ser la última plaza del torneo para los Preolímpicos por estar en los Juegos de Tokio 2020.
Después de la ausencia de España en Río de Janeiro 2016, la responsabilidad de los de Jordi Ribera pesó por momentos ante un rival suelto y dispuesto a la campanada. Gonzalo Pérez de Vargas sujetó a la selección con sus paradas y, tras el descanso, los 'Hispanos' sacudieron nervios y cansancio para cambiar el partido en 10 minutos (26-22). Un parcial poderoso que encarriló la victoria como despedida y el Preolímpico como premio.
En la previa, Ribera reconoció que el duelo era un "premio" para su rival y una "responsabilidad" para los 'Hispanos', con expectativas mucho más altas que, al fin y al cabo estar sufriendo por el séptimo puesto. A la doble campeona del mundo le costó ponerse el mono de trabajo, bajar al barro y asegurar un triunfo vital para pensar en Tokio 2020. El comienzo fue fugazmente bueno, por culpa del atasco ofensivo de todo el torneo y las dudas que generó.
España aguantó el primer tiempo gracias a una decena de paradas de Gonzalo, ante un rival más relajado, al que acompañó cada rechace y balón suelto. Tres goles de Ferrán Solé hicieron buenas las primeras intervenciones de su portero (6-5), en medio de un juego espeso que aprovechó Egipto con El Ahmar (4 goles) y Shebib (4). Tanto el uno contra uno como el juego del pivote africano no encontraron respuesta en la campeona de Europa.
Al espesor español y la falta de contundencia en defensa se les unió la inspiración con la que entró Hendawy a 10 minutos del final bajo palos. Sus paradas dieron renta a los de David Davis (14-16), técnico español campeón del mundo en 2005, con seis minutos sin anotar de los de Ribera, obligados a refrescar las cabezas en el vestuario (17-18).
El orden táctico y los recursos que Davis viene inculcando a Egipto comenzó a desmoronarse con la reacción 'Hispana'. Ambos equipos cambiaron a un 5:1 en defensa pero fue el de España el que hizo más daño, con Ariño en el avanzado, cortando los uno contra uno y en especial a El Ahmar. Gonzalo siguió parando y el ataque encontró ritmo desde esa mejora en defensa.
Así un parcial de 7-1 para los de Ribera respondió al favoritismo español, que pasó a acusar más el rival y no los propios 'Hispanos'. Cañellas, con nueve goles, y Raúl Entrerríos leyeron el ataque de España para sentenciar a Egipto. Un triunfo para dar confianza al grupo, tocado por no estar en las medallas pero con un billete que permite luchar por la continuidad en el ciclo olímpico.