El fútbol del Barcelona, hasta hace no mucho tiempo objeto de admiración, se diluyó bajo la intensa lluvia caída en Getafe. El Coliseum asistió a un ejercicio de impotencia por parte del cuadra azulgrana, incapaz de elaborar un par de jugadas coherentes para derribar la muralla azulona. Un nuevo tropiezo (0-0) que aleja a los de Luis Enrique a cuatro puntos del liderato de la Liga BBVA.
Con la baja de Neymar, el tridente azulgrana formado por Messi, Suárez y Pedro apenas amenazó la portería de Guaita. Pero esa lectura es quedarse en la superficie del problema que acecha al Barcelona desde hace un par de temporadas. El centro del campo, la piedra filosofal alrededor de la que se han cimentado los éxitos más importantes de la historia del club, ha desaparecido.
Rakitic no levanta cabeza desde que se quedó en el banquillo en el Bernabéu, Xavi ya no está para estas aventuras e Iniesta ha perdido el duende. Hasta Busquets parece un jugador mediocre. Tata Martino no logró encontrar solución a este problema y Luis Enrique va por el mismo camino.
Mientras tanto el Barcelona vive de la inspiración de Messi, los destellos de Neymar y algún que otro gol de Luis Suárez. Pero cuando ninguno de esos tres nada fino, el Barça se atasca de forma irremediable. Le ocurrió en el Coliseum. Pudo ganar el Barcelona, eso es verdad, pero también pudo perder.
Claudio Bravo evitó el 1-0 con una mano prodigiosa a disparo de Lafita, tras dejar retratado a Alves, otro de los señalados en los últimos tiempos. Y el Getafe pudo firmar la victoria en el último segundo cuando Álvaro Vázquez encaraba a Bravo y el colegiado decidió decretar el final. La bronca en el Coliseum fue de aúpa.
El árbitro no estuvo acertado y se comió dos manos de Varela y Alves en el primer tiempo. En esa primera parte el Barcelona apenas contabilizó un par de disparos lejanos y un remate de Luis Suárez que se marchó a la grada.
En la reanudación el Barça pudo ganar el partido. Ya bajo un intenso aguacero, Messi pudo marcar en dos ocasiones, ambas a balón parado. Primero estrelló el balón en el larguero y luego Guaita evitó el gol en un disparo lejano del argentino. Ahí es esfumaron las posibilidades de triunfo del cuadro azulgrana.