Cuando la temperatura baja, muchas personas notan como su piel, ya sensible de por sí, se seca, se descama o enrojece. Son muchos los trastornos de la piel, pero sin duda dos de las enfermedades más frecuentes son la dermatitis atópica y la psoriasis. Como dice Cristina de Hoyos, dermatóloga y directora técnica de las Clínicas Ceta, la psoriasis se suele dar en codos, las rodillas, el cuero cabelludo, la espalda y las nalgas. No es contagiosa y si nuestro recambio celular se produce cada 30 días, en las personas con esta enfermedad es cada 4 días, haciendo que se acumule en la superficie piel gruesa que produce rojeces, descamaciones y dolor. No se sabe exactamente qué hace que nuestra piel funcione así aunque últimos estudios lo están relacionando con el síndrome metabólico.
Otra de esas enfermedades que afectan a muchas personas, sobre todo niños, es la dermatitis atópica. La piel atópica es una piel desprotegida, enrojecida e inflamada que se descama y produce en muchas ocasiones un intenso picor. Se produce dicho de una forma metafórica, porque los ladrillos que la componen carecen de buen cemento que los sujete, volviendo la piel más permeable.
Si tenemos una piel enferma o sensible hay que llevar cuidado con los perfumes y productos de higiene, con los tejidos de la ropa, con los ácaros, los cambios de temperatura… y me paro aquí porque los excesos de calefacción y demasiada agua ardiendo no le vienen bien a ninguna piel y menos a una con problemas porque hace que pierda su capa protectora.
Luego está la couperosis, que tiene que ver con nuestra circulación y que asocian al estrés, trastornos digestivos, alcohol, café, tabaco, exposición al sol… Es una alteración de la piel que se da en esas personas que se enrojecen fácilmente con las emociones, el alcohol o algunos alimentos.
No se considera exactamente una enfermedad pero con ella aparecen pequeñas varices o arañas vasculares en cara y cuerpo, que pueden tener consecuencias estéticas. No es lo mismo que las varices. Las arañitas, son capilares rotos por la excesiva presión sanguínea generalmente en nariz y mejillas. Son dilataciones venosas que hoy en día el láser y la luz pulsada eliminan con éxito.
En cuanto a la rosácea, otra de esas famosas patologías de la piel, es como el mix de las que te he contado porque tiene un poco de rojeces, venitas y pústulas. Es como un nivel más alto de la couperosis. Y cuidado que está de moda, quizás por el estilo de vida que llevamos.
El diagnóstico y posterior tratamiento farmacológico tiene que prescribirlo un dermatólogo pero siempre podemos poner de nuestra parte calmando los síntomas con una nutrición adecuada, hidratando bien nuestra piel y evitando: alcohol y grasas saturadas, tabaco, la sobre-exposición al sol, el sedentarismo y… el estrés.
Y para eso, lo mejor, un balneario, que además de relajarte van a ser medicina para tu piel. Como dice Sara Martínez directora del Balneario de Olmedo que es una maravilla, no es lo mismo un balneario y un spa. Los dos relajan pero además los balnearios por las propiedades de sus aguas, ayudan a curar distintas patologías y entre ellas las dermatológicas.
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