"El de mañana es un partido importantísimo para mí, pero también para el Barça. Fue un placer compartir dieciocho años aquí y me alegro mucho estar de vuelta, pero esto no existe en el campo y lo que quiero es ganar. Soy cien por cien profesional", ha declarado en la rueda de prensa previa al entrenamiento de esta tarde.
El meta alemán dejó su casa, hace dos años, para fichar por el conjunto azulgrana, con el objetivo de dar un paso más en su carrera. "Yo quiero ganar siempre, esa es mi mentalidad. Me fui de mi club para ganar lo máximo posible y en el Barça tengo esa posibilidad siempre", ha destacado.
Ahora, además ya no sufre la feroz competencia del chileno Claudio Bravo, que este verano fichó por el Manchester City. "Claudio y yo siempre tuvimos una buena relación, pero también una competencia dura, pero justa. Y creo que ambos nos beneficiamos de esto", ha comentado. En cualquier caso, Ter Stegen ha reconocido que vive mejor ahora que no tiene cerca la sombra del chileno: "La situación era difícil tanto para mí como para él, y Claudio encontró una solución. Pero eso ya es pasado. Lo que siento es que la situación ha mejorado para mí".
El miércoles ya como titular indiscutible del Barcelona disfrutará del estadio, de su antigua afición y también se reencontrará con muchos de sus compañeros, pero ha advertido de que el de mañana no es un partido homenaje sino un encuentro de Champions. "El Borussia tiene una presión alta y es algo que tenemos que controlar desde el principio. Para superarla, tenemos que tener una buena circulación del balón y marcar lo antes posible sería muy importante", ha apuntado.
En Mönchengladbach están acostumbrados a verle arriesgar cuando juega con los pies, algo a lo que todavía no se ha acostumbrado una parte de la afición culé. "Lo siento si alguien se pone nervioso, pero es mi manera de jugar. Me gusta arriesgar. Es importante hacerlo por nuestro estilo de juego", ha sentenciado.