Ponemos epílogo a una semana llena de paradojas. Por ejemplo, el Gobierno, a través de su delegado en Madrid, suspende las manifestaciones del 8M debido a la pandemia. La ministra de Igualdad, Irene Montero, tacha la medida de "ataque reaccionario al feminismo".
Los delegados del Gobierno, las autonomías partidarias de ampliar las restricciones no prohíben las manifestaciones, como sí se ha hecho en la tan criticada Madrid. Difícil de entender salvo que se piensa que el Covid-19 discrimina y el "bichito" decide contagiar en una terraza y no en una concentración feminista.
Semana que ha traído, además, a propósito de la vacunación de las infantas, toda una ofensiva contra la monarquía. Incluso pidiendo la comparecencia parlamentaria del propio rey Felipe VI.
Por último, destaca la noticia de los datos del paro, que ha superado la barrera de los 4 millones.
