La Policía Nacional ha detenido en el madrileño pueblo de Galapagar a un mafioso siciliano fugitivo de la justicia italiana desde hace 20 años. Al final las autoridades han dado con él gracias a una imagen de Google Maps, que le fotografió en la puerta de la frutería que regentaba: ‘El huerto de Manu’. Esta historia, que en sí mismo es de película, le vuelve a dar la razón a Andrés Moraleda. Y es que todo está en el cine, como demuestra en Fuera de Guion de Por fin no es lunes.
Giocchino Gammino, de 61 años, pertenece a la organización mafiosa siciliana Stidda. Y no es la primera vez que se topa con la policía española. Fue detenido en Barcelona en 1998 y extraditado a Italia, donde estaba condenado a cadena perpetua por un asesinato cometido en 1989. En 2002, durante el rodaje de una película en la prisión romana en la que cumplía condena, protagonizó una fuga de película mezclándose con los familiares de los detenidos y con la ayuda de un guardia del penal. Pasó por Alemania, Palma de Mallorca, Tenerife y Barcelona, hasta que llegó a Galapagar, donde se integró con una nueva identidad como dueño de una frutería (cerrada desde hace un año), ‘El huerto de Manu’.
Es una historia de película, que recuerda a muchas películas de mafiosos, como ‘Malavita’ (Luc Besson, 2013), donde un gánster norteamericano (Robert De Niro) intentaba integrarse con su familia en un pequeño pueblo francés después de ingresar en un programa de protección de testigos del FBI. Evidentemente, la historia de Giocchino Gammino es bien distinta, porque él era un prófugo de la justicia, pero al igual que en ‘Malavita’, se integró en un pueblecito de un país distinto.
Una historia de película de mafiosos, y de ciencia ficción
Y es que la historia de este mafioso siciliano tiene más miga: resulta que cuando llegó a Galapagar lo primero que montó, antes que la frutería, fue una pizzería siciliana (‘La cocina de Manu’), que es como el negocio tapadera-tipo para el mafioso encubierto. Por cierto, resulta que en 2018 tuvo un altercado con el concejal de Urbanismo de Galapagar por aquel entonces porque le habían cerrado la pizzería.
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Al final no fue la pelea con el concejal lo que puso a la policía italiana tras la pista de Giocchino Gammino, sino Google Maps, que le cazó en la puerta de su frutería charlando con otro hombre. La policía italiana vio la instantánea y dio con él. Y aunque el fiscal de Palermo, Francesco Lo Voi, ha declarado que “no es que nos pasemos el día mirando Google Maps para encontrar fugitivos. Había varias investigaciones previas que nos llevaban a España. Íbamos por buen camino y Google nos ayudó a confirmar nuestras pesquisas", todo esto de que Google Maps pueda ayudar a cazar delincuentes parece una incipiente e inquietante película de hipervigilancia tecnológica, muy 'orweliana', que recuerda mucho, por ejemplo, a ‘Minority Report’ (Steven Spielberg, 2002).