Madrid | (Publicado 05.07.2019 07:17 )
Un pescador que lanza el anzuelo con el cebo de ministros independientes a los peces de Unidas Podemos a ver si pican. Un disimulo de inocencia que intenta aplacar a la opinión pública con su ensoñación de no depender de la abstención de los independentistas, cuando en su interior está rezando para que se abstengan sin tener que negociar.
No, la palabra realista no es la más adecuada. Lo que expuso en la entrevista son aspiraciones razonables de un candidato, que precisamente chocan con la realidad parlamentaria. Una realidad tan difícil que asusta. Asusta que este juego de equilibrios sea la constante de la legislatura para la aprobación de leyes que requieran mayoría cualificada.
Asusta que empecemos a intuir que la aprobación de los Presupuestos del Estado vaya a ser cada año una especie de aventura de incierto desenlace y dificilísima gestión. Asusta que nos esperen cuatro años (o los que sean) de acusaciones de rendición ante los independentistas, que supongo que por esoRiverale pide aSánchezque pacte con ellos. Y asusta que vayamos a tener un gobierno que tendrá que dialogar mucho, magnífica perspectiva, pero bajo la sombra de que depende de los demás.