Como justificación para tener un aliciente entretenido con que terminar el día, nos puede valer el partido de la Selección contra Alemania esta noche en Sevilla, pero tenemos más que perder en cabreos si no ganan, que en alegrías si ganan y se clasifican, porque a España solo le vale ganar esta noche a Alemania para clasificarse para esas semifinales del próximo año en octubre, que llaman ahora la Liga de las Naciones, otra manera de estrujar a los clubs sus futbolistas y devolvérselos en según qué condiciones. Por ejemplo Luis Suárez se ha contagiado en Uruguay de coronavirus, y el Atleti juega el sábado con el Barça, y no podrá contar con su fichaje estrella, y en el Barça tampoco podrán contar con Busquets que se lesionó el sábado contra Suiza en Basilea.
Es un sinsentido esta saturación de partidos inocuos en competiciones inventadas sobre la marcha, para recaudar fondos, a costa de unos futbolistas que mantienen los clubs y que cada vez se van desgastando más y al tiempo cada vez se les exige más. Es curioso que los sindicatos de futbolistas, no solo los españoles, sino también los de otras ligas europeas e incluso americanas, no reivindiquen un calendario más lógico, más normal y más humano y saludable.
Porque además del agotamiento físico de esos futbolistas a los que se les ha tenido viajando estos días por varios países, y que regresarán mañana para jugar ya este viernes sus partidos de liga, hay un público que va perdiendo también la ilusión y se va saturando de fútbol casi como plato único todos los días y todas las noches, en competiciones que solo interesan a los que se llevan sus beneficios. Que no son ni los clubs, ni los futbolistas, sino los mercaderes que nunca arriesgan y siempre ganan.
