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Jorge Freire en 'Más de uno'
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Seamos naturales

No nos hagamos daño

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Seamos naturales

A los comunistas solemos decirles aquello de "vete a Cuba" y a los antimodernos suelen decirnos "vete al bosque". Nosotros respondemos que queremos vivir como Thoreau: en comunión con la naturaleza, pero a distancia razonable del bar donde alternar con los amigotes y de una madre que nos lave los gayumbos. Tú imagínate: cultivar tus propios tomates, educar a los niños sin pantallitas y hacer pan casero. Menudo planazo: te despiertas con el canto del gallo, te duchas con agua de pozo que huele a libertad y óxido de tractor, ordeñas a la burra y andas un rato descalzo para conectar con la Madre Tierra, mientras buscas una manta porque la Madre Tierra está muy fría.

Verbigracia, los Trevallion, un matrimonio que ha decidido criar a sus hijos en pleno bosque, en la región de los Abruzos. Que yo sepa, a la loba capitolina nadie le exigió una cédula de habitabilidad para criar a Rómulo y Remo pero, al parecer, la justicia italiana ha quitado a los Trevallion la potestad de los niños, que por no tener no tenían ni inodoro.

Uno se pregunta qué pensaría de esto el inventor del mito del Buen Salvaje y gurú de la vida natural, el filósofo ginebrino Jean-Jacques Rousseau, que cambió la historia de la pedagogía sin necesidad de cambiar un solo pañal. De hecho abandonó a sus cinco hijos en un hospicio, uno tras otro. Curioso: hizo muchas sandeces pero, por lo que sea, nunca se le ocurrió criarlos en el bosque.

Alsina: en conclusión...

A todos nos tienta aislarnos del mundanal ruido, del estrés moderno, de los vecinos, de los tertulianos y hasta de las fontaneras. Pero una cosa es ser natural y otra, asilvestrarse. No nos hagamos daño.