Siempre habrá quien quiera ponerle pegas a la victoria pero desde luego el triunfo cosechado ayer por los hombres de Xavi Hernández frente al atlético de Madrid fue más que brillante. Una hora de juego absolutamente redonda con un fútbol extraordinario y desbordando a un rival que se vio superado en todas y cada una de las facetas del terreno de juego por más que a Simeone le cueste aceptar y asumir. Ademas además con el añadido de tener que remontar un marcador adverso prácticamente nada más empezar el partido lo cual le da más mérito a la completa reacción del equipo Azulgrana. El único lunar fue la expulsión de Dani Alves que hasta ese momento había hecho un partido soberbio rememorando los mejores momentos de su etapa en el Barcelona hace ya tantísimos años. Un lateral incisivo un hombre con carácter y un jugador completo que insuflo esa garra a muchos de sus compañeros que habían carecido de ella durante buena parte de esta temporada.
Pero es que todo el equipo rayó un gran nivel desde los centrales Araujo y Pique pasando por los dos laterales que participaron activamente en las jugadas de ataque y en los goles Alves y Alba, un centro del campo completísimo liderado por Busquets pero con un soberbio Gavi que sigue creciendo día día y sorprendiéndonos cada vez más. Y terminando por un ataque que al final intimidó a un rival y a un rival grande como es el atlético de Madrid.
Adama tuvo un debut estelar volvió loco a Mario Hermoso y casi todas sus jugadas terminaron con peligro y provocaron los primeros lances goleadores del encuentro. Ferran Torres trabaja y se sacrifica porque su misión fue de falso delantero centro y los que entraron en el terreno de juego también lo aportaron y ayudaron a que el partido acabará definitivamente con la victoria más que justa del equipo local.
Nico se creció en el centro del campo y le dio la frescura que hacía falta cuando el Barcelona se había quedado en inferioridad numérica. Fue un buen cambio por parte de Xavi.
Igual que la entrada de Aubameyang, el delantero gabonés, trabajó a destajo a pesar de que entró con el equipo prácticamente con un jugador menos y se tuvo que sacrificar para darle un respiro a la defensa Azulgrana en los peores momentos de acoso del equipo madrileño.
Y para redondear una tarde mágica y espectacular el Camp Nou volvió a registrar una entrada imponente cerca de 75.000 espectadores que demostraron necesitar esos alegrías y poner de su parte para tratar de reflotar la nave.
Animaron constantemente y se volvió a vivir una tarde mágica que hacía mucho tiempo que no vivía el barcelonismo. Se ganó al fin a un equipo grande y se ganó con justicia y con brillantez y se consiguió entrar entre los cuatro primeros clasificados de la liga con opción a meterse en la competición europea el próximo año.