Cogió al Real Madrid del fin de la Quinta del Buitre fuera de Europa y lo dejó clasificado para competición Europa con el Barcelona del Dream Team. Siguió la temporada siguiente y fue despedido por jugar mal siendo líder.
Después, pasó por el Real Oviedo y lo hizo tan bien que después lo fichó el Atlético. Allí recomendó el fichaje del por entonces desconocido Milinko Pantic, logrando ser campeón de liga y de Copa del Rey. Aunque también años después estuvo intercambiando idas y venidas, pero se convirtió en el entrenador que descendió al equipo a Segunda División.
Otro de sus resultados históricos fue en el año 2003, cuando cogió al Barcelona, prácticamente en puestos de descenso, y logró meterlo en Europa, dejando buenas sensaciones para el comienzo de la era de Frank Rijkaard.