Sabino Méndez reflexiona en 'Por fin no es lunes' sobre el concepto de inteligencia, así como sobre su posibilidad de medición y cuantificación. ¿Qué es ser inteligente? ¿Es posible medir de manera precisa la inteligencia? Nuestro sabio de domingo responde a estas y otras preguntas relacionadas con el término de la inteligencia.
Los dos tipos de inteligencia
"Todos conocemos personas muy inteligentes que luego son verdaderamente torpes en cuestiones elementales como organizar la vida doméstica o incluso relacionarse emocionalmente con otras personas de una manera natural", ha expuesto Sabino. Y es que este paradigma constituiría la base de una argumentación que sostiene dos tipos de inteligencia esenciales para su análisis.
Suscribiendo a la teoría que José Antonio Marina sostiene en La inteligencia fracasada, Sabino Méndez ha explicado que en el cerebro humano conviven varios tipos de inteligencia simplificados en dos campos.
1. Por un lado, nuestro sabio ha explicado la inteligencia computacional: "aquella que alude a la velocidad en la que resolvemos procesos lógicos o deductivos", señalaba.
2. Por otro lado, Sabino ha desmenuzado la inteligencia ejecutiva "que apela a la capacidad de recoger todos los datos y colocarlos en el contexto que nos rodea para tomar decisiones", según apuntaba.
"La velocidad con que pensamos no nos garantiza nada sobre la canalización de ese pensamiento; pensar más rápido es bueno pero no lo es todo, sino que puede significar equivocarse a mayor velocidad", ha defendido.
Así pues, es posible toparse con personas muy inteligentes a nivel computacional que no lo son tanto a nivel ejecutivo, motivo por el que incluso podrían exhibir una imagen realmente distante con respecto a su verdadero nivel de inteligencia. Por todo ello, nuestro sabio ha sido claro: "Vale más pensar bien que pensar muy rápido, y sobre todo, poner en armonía los dos marcos de la inteligencia para conseguir ser más inteligentes".
La medición de la inteligencia
Sabino Méndez ha explicado que las nuevas tecnologías ya permiten medir con precisión los patrones del comportamiento debido a que "la velocidad digital para analizar datos hace que nos acerquemos más a la velocidad con la que la mente humana toma decisiones y escoge conductas".
"Ese acercamiento entre la velocidad de análisis, las herramientas de estudio y el objeto de estudio crea conceptos como el de la inteligencia artificial que son muy útiles, pero que tienen mucho de espejismo", ha expuesto Sabino. Y es que la inteligencia artificial no deja de ser información automatizada que atiende a procedimientos ordenados y programados por nuestra especie.
"Veneramos tanto sus logros que perdemos de vista el concepto principal: la informática hace lo que los humanos le pedimos", ha defendido el sabio. Por eso, Sabino ha sostenido que resulta fundamental dejar espacio a la intervención humana para que el sentido común humano continúe imperando en el universo de este nuevo tipo de inteligencia.
La inteligencia artificial, sin duda, facilitará la medición de ingentes cantidades de datos, pero en cualquier caso, trascendiendo el concepto objetivo en sí mismo, resultará fundamental analizar los procesos mentales que conducen a los seres humanos a tomar unas decisiones u otras, puesto que en este ámbito del cerebro reside una parte crucial de la inteligencia humana. Solo así podremos concretar "en qué se diferencian la inteligencia, la erudición y la sabiduría".
