El sistema electoral español presenta dos grandes peculiaridades: por un lado, castiga la fragmentación del voto y por otro, concede gran poder a las provincias despobladas. Así pues, es muy probable que las próximas elecciones se decidan en la llamada España vacía, cuestión sobre la que reflexionamos con Ignacio Varela, nuestro sabio de sábado.
El poder de la España vacía
Para determinar los trescientos cincuenta y dos diputados del Congreso, se establece una división territorial en cincuenta y dos circunscripciones que se corresponden con las cincuenta provincias españolas más las dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla. Cada circunscripción tiene asignada un determinado número de diputados: uno en Ceuta, uno en Melilla y un mínimo de dos por provincia, aunque este número aumenta en función de la población.
Precisamente por esto, las Comunidades Autónomas más despobladas asumen un poder decisivo para la configuración del congreso "porque eligen muchos más diputados de los que los corresponderían en proporción a su población", sostenía Varela.
"En España hay seis Comunidades Autónomas que, aunque ocupan el 55% del territorio nacional, solo acogen al 16% de la población: Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Aragón, La Rioja y Navarra", exponía Ignacio Varela antes de apuntar que "la España vacía está despoblada de habitantes, pero repleta de escaños en el congreso".
El sabio de sábado ha explicado que, el hecho de que cada provincia deba tener una representación mínima de dos escaños supone el perjuicio de las provincias superpobladas puesto que "por cada soriano, hay setenta y cuatro madrileños y sesenta y tres barceloneses cuyo poder electoral es el mismo que el de un único soriano"
No obstante, Varela apostillaba que la decisión de establecer este sistema electoral fue premeditada por Adolfo Suárez que "pretendía una mayoría absoluta" focalizando su atención en las provincias del interior donde "tradicionalmente la derecha es claramente mayoritaria". La izquierda, en cambio, "tiene su fuerza en las provincias más populosas de la periferia que están infrarrepresentadas", señalaba Varela apuntando que "a igualdad de votos, lo más probable es que la derecha gane en escaños".
Fragmentación del voto
Asimismo, el sabio de sábado ha dilucidado la problemática que supone la fragmentación del voto para los partidos nacionales minoritarios.
"Nuestro sistema castiga de forma implacable la fragmentación de los espacios políticos", afirmaba contundente Varela que, además, ejemplificaba sus palabras con el paradigma de las pasadas elecciones donde la división de la derecha en tres partidos políticos supuso la práctica extinción de Ciudadanos, un partido que perdió en torno a 800.000 votos. "Si un espacio político se fragmenta en tres, al menos menos uno de ellos va a quedar eliminado", apuntaba.
Por su parte, el PSOE se enfrenta al reto de unificar los votos de la izquierda tanto en la periferia como en el interior de la península: "El PSOE tiene que satisfacer a sus aliados nacionalistas de la periferia, pero también tiene que reconciliarse con la España interior si no quiere que lo arrasen", señalaba el sabio.
Los partidos territoriales
Varela proseguía con su argumentario agregando que la incipiente proliferación de los partidos de base territorial puede suponer un gran desafío para la unidad de España.
"En España, por desgracia, hay una crisis del sentimiento nacional que ha desencadenado una proliferacion de identidades terriotriales no nacionalistas", comentaba apuntando que "en el congreso hay catorce partidos de base territorial y solo seis de ámbito nacional". Paradójicamente, "el senado, que es la supuesta cámara de representación territorial, es el paraíso de los partidos nacionales", algo que Varela calificaba como "una de las disfunciones del sistema".
Esta crisis de identidad podría desencadenar la proliferación de partidos provinciales en la España vacía que "se ha hecho consciente de que es muy provechoso tener un diputado que represente solo a tu provincia", según señalaba el sabio de sábado.
"Será una aventura formar gobierno y prácticamente imposible gobernar en clave nacional", concluía incidiendo en que "las próximas elecciones españolas se jugarán en la España vacía".
