Que la cultura en sus diferentes vertientes levante polvareda y provocación es bueno, de eso se trata, de aniquilar la indiferencia. Que se haga siempre desde la descalificación y el oprobio es lo que tenemos que regular, seguimos con el termostato a cuestas. Pero me da que ya no sabemos desligar fama y trascendencia de discusión y debate.
A mi 'Zorra' no me gusta, como las natillas con galleta, pero eso no me lleva a demonizar ni la canción ni el postre. Cierto es que lo de Eurovisión lleva tiempo siendo un asunto de controversia: si no hay polémica, no hay música, si no hay lío, no hay cobertura.
Pensémoslo y traslademos el nivel de ruido a los Goya de esta noche: ¿cuántos de los oyentes saben quiénes presentan la gala? Pues seguro que una consistente mayoría. Y de estos, ¿cuántos conocen las 3-4 películas favoritas a reinar sobre el escenario vallisoletano?
Defiendo y defenderé que hay foco bueno y foco malo, pero en caso de duda, nos da un poco igual la naturaleza con tal que se nos haga caso. Para mí que soy militante del 'buenismo', lo mejor es que la cultura española tiene pulso y latido.