Me apasionó ayer la etapa de la Vuelta ciclista a España que finalizaba en El Angliru, posiblemente, como me reconoció anoche el líder, Richard Carapaz, uno de los puertos más duros del mundo, con porcentajes en algunas cuestas del 22%. La Vuelta entra en su última semana, y se la están disputando Richard Carapaz, un ecuatoriano que el año pasado ganó el Giro de Italia, y un esloveno, Roglic, que fue esquiador antes de ganar la Vuelta el año pasado, y ser segundo este año en el Tour.
Ayer, subieron el Angliru igualados en la general con los mismos segundos, algo nunca visto, y en esas rampas del Angliru se lo jugaron todo en los últimos dos kilómetros, y aún así la diferencia que mantiene el ecuatoriano Carapaz es de tan solo 10 segundos. Hoy es jornada de descanso en Galicia, pero mañana tienen una crono de 37 km con final en un puerto de tercera, y después bajarán por la sierra de Salamanca hasta llegar a Madrid el domingo. Va a ser apasionante verlo, pero sobre todo me enorgullece ver y admirar la organización de la Vuelta, como algo nuestro, algo que nos representa y algo que está saliendo admirablemente bien, el público está respetando las subidas a los puertos, vacíos, sin gente, y las salidas y las llegadas están siendo ejemplares.
Lástima que no tengamos en estos tiempos campeones como los que teníamos en tiempos pasados. Y lástima también que el mejor que tenemos en la Vuelta, Enric Más, el director de Movistar, Eusebio Unzue, se lo haga inasequible y prohibitivo a la prensa española, especialmente a la radio. Lástima, porque Movistar, yo pensé que había hecho un equipo para que la prensa, y la radio, pudieran hablar de sus ciclistas.
