A menudo, la política municipal dista mucho del tono y los intereses de los partidos políticos a nivel nacional, pues en los municipios prima la pasión por la gestión. Así, se producen situaciones como la de Málaga, cuyo alcalde del PP, Francisco de la Torre, lleva en el cargo desde el año 2000 y mantiene su intención de presentarse a las próximas elecciones municipales.
En relación al peso de un nombre propio sobre la marca de un partido, Borja Sémper considera que el candidato municipal normalmente "tiene que estar por encima de la marca y por encima de las tendencias", las cuales, en muchas ocasiones, no coinciden con los intereses de la ciudad a la que se representa.
Sinergias entre alcaldes y ciudades
Edu Madina está de acuerdo con las particularidades de la política municipal, donde a veces un nombre propio está íntimamente ligado al nombre de una ciudad. En este sentido, pone de ejemplo el caso de Iñaki Azkuna como alcalde de Bilbao por el PNV.
"Las campañas municipales del Partido Socialista las recuerdo muy difíciles", dice Madina de Azkuna, a quien le votaba gente de todos los partidos y acabó formándose una sinergia entre el alcalde y la ciudad. Esto, sin embargo, no se produce a nivel nacional, donde nadie asocia España con un nombre propio.
Cuando en la política municipal se realiza una correcta gestión diaria y se consigue proyectar la ciudad al futuro, "eso esimbatible, es difícil plantear una alternativa política", analiza Sémper sobre las singularidades que la hacen "la política más bonita".
