Veo por aquí ropas hechas jirones, pero creo que no son el preámbulo de ninguna orgía, sino el rasgo de vestiduras de quienes luchan contra el fascismo mundial.
Están ahí luchando contra el chat de esos exmilitares rancios, pasados y brutales en sus expresiones, pero quiero hacer la aclaración: son tan exmilitares, o militares jubilados, como pilotos de línea comercial, que más de uno dejó la milicia para ganar su pasta en la aviación comercial.
Uno no se imagina un golpe de estado protagonizado por pilotos, al grito de 'Abróchense el cinturón, coño'. Eso no es un golpe de estado, pero quizás se nos haya ido la mano con la amenaza.
No han requisado todavía el móvil de estos señores ni les han cortado la línea, pero si de verdad se quiere luchar contra manifestaciones fascistas -que las estamos viendo a diario- se podía empezar por condenar la liquidación de los derechos humanos en el Muelle de Arguineguín, por ejemplo, que esto no lo digo yo, sino el defensor del pueblo, Francisco Fernández Marugán, que lleva más tiempo en funciones que el CGPJ. Y Gabilondo calentando banquillo. Así pues, se puede luchar contra el fascismo, pero a lo concreto.
