Su padre cuenta a la BBC cómo le preparó el biberón, la abrazó durante un rato, y la besó cuando dormía antes de dejarla en un mercado. Siempre se han lamentado por ello.
Sólo un año después, Ken y Ruth, americanos, viajaron a China desde Michigan para adoptar una niña, a la que llamaron Kati. Ken cuenta que en el orfanato le dieron un documento escrito en chino, con un mensaje de sus padres biológicos que decía que la esperarían en un famoso puente de la ciudad de Hangzhou, al este del país cuando pasaran 10 o 20 años. Y desde 2004, empezaron a ir cada año a ese lugar a esperarla.
Mientras Kati crecía feliz, aunque algo no la cuadraba y preguntó a su madre adoptiva. Kati no supo nada de la nota hasta el año pasado, que cumplió 20 años y descubrió su existencia. Viajó a China para conocer a su familia biológica. Por fin te veo, le dijo su madre abrazándola, y Kati descubrió que verdaderamente les importaba y que habían sido víctimas de un sistema roto.