El sótano de su casa guardan más de 1.000 latas de alimentos. También viven de lo que les ofrece la naturaleza, sembrando la tierra y con la caza de animales como osos, lobos, conejos, patos y castores. El fotógrafo Ed Gold ha estado unos días con ellos, el reportaje lo recoge la BBC, que cuenta que David, Romey y su hijo Sky tienen su propio horario y ajustan el reloj dependiendo de la luz.
Suelen desayunar a las 4 y media de la tarde, Y después de cenar, sobre las diez de la noche, pasan el tiempo hablando, tocando la guitarra y escribiendo, antes de irse a dormir a las 4 de la madrugada. Sobreviven con 12.000 dólares al año pero si les hace falta más dinero, David, de 52 años, vende las pieles curtidas, construye cabañas de madera o trabaja en una mina de oro. A Sky, de 13 años, le educan sus padres en casa.
Tiene una amiga, Ela, a la que ve una vez al año cuando van al pueblo, al que llegan por el río Nowitna, en verano en barco y en invierno en motonieve sobre su superficie helada. Un viaje no exento de peligros por el riesgo de encontrar hielo inestable o agua descongelada. Aunque tienen un teléfono satélite para casos de emergencia, tardarían 6 horas en llegar al hospital más cercano. Si la urgencia sucediera durante la época en que se derrite el hielo, la guarda costera tendría que rescatarlos desde un helicóptero.
Pero vencen todos sus miedos porque precisamente lo que los Atchley adoran es lo alejada del resto del mundo que se encuentra su vida. Desde hace 18 años, han aprendido a disfrutar cada momento o a hablar durante meses sobre un mismo tema.