“Los vecinos presentaron cargos falsos contra mí”, decía Asia en 2010 pidiendo clemencia, “he tenido algunos conflictos con ellos y por eso lo han hecho.
Asia Bibi fue condenada a muerte por este supuesto delito contra la Ley Antiblasfemia por un tribunal local de Punjab. El Supremo paquistaní ratificó en 2014 la sentencia a muerte emitida por un tribunal local pero en 2015 aceptó la revisión del caso. Su marido, Ashiq Mashi, además de ratificar la falsedad de las acusaciones y los malos tratos, cuenta que la ofrecieron su libertad si se convertía.
“Le dieron la opción de convertirse en musulmana pero dijo que no podía. Tengo muchas esperanzas en que se haga Justicia. Apelo al presidente del país. He pedido ayuda al ministro de asuntos de las minorías”…Decía Ashiq en 2010. Un año después ese ministro, el único ministro cristiano del país, Shahbaz Bhatti, fue asesinado por oponerse a la ley antiblasfemia. Ese mismo año también asesinaron a Salman Tasser, entonces gobernador de Punjab por la misma causa. Los grupos islamistas amenazan con una huelga nacional si el Gobierno revoca dicha ley.
Su hija Isha, que presenció lo que sucedió hace 7 años, testificará este jueves ante los jueces para explicar lo que sucedió. Después la Justicia podría poner fin al encierro de Asia, que ha permanecido todos estos años confinada en una celda oscura y en completo aislamiento.