En la capital, en Bu-Yun-Sura ,se respira el miedo. Lo ha comprobado un periodista de la BBC que ha hablado con uno de los blogueros que difunde en las redes sociales lo que ocurre en su país. Cuenta que todos los días hay uno o varios muertos en las calles y que nadie señala culpables.
"Puedes encontrar gente muerta a balazos, tirados al río o asesinados en sus casas. Lo último que ha visto es una persona con el corazón arrancado", comenta. Las protestas y la represión del gobierno han obligado a más de 200.000 personas a huir y los que se quedan sufren torturas como este hombre de 54 años que fue acusado de entrenar a opositores y estuvo retenido una semana
"Ví llegar a un policía con un recipiente de 5 litros lleno de arena y una cuerda, que se lo colgaron de los testículos y rezó porque le mataran ante el dolor insoportable que sufrió". Lo último es que el presidente ha fijado el 7 de noviembre como fecha límite para que todos los ciudadanos entreguen a las autoridades las armas que posean ilegalmente bajo amenaza de ser considerados "enemigos de la nación” y criminales.
