De todas las imágenes sobrecogedoras e indignantes que estamos viendo en Ceuta, la que más me ha conmovido, confiesa Lucas, es la de soldados con uniforme o neopreno rescatando personas en esta masiva marcha verde que está propiciando Marruecos para presionar a España. En el otro lado Marruecos abriendo las vallas, algo que ya ha costado una vida.
Pedro Sánchez ha actuado con rapidez, cómo debe de hacerlo un jefe de Gobierno serio ante un chantaje inaceptable. Se ha ido a Ceuta con cintura política y después a Melilla. La ministra de exteriores González Laya ha manifestado el disgusto y rechazo a lo que está pasando a la embajadora marroquí en España.
Podría tratarse de una reacción de Marruecos a la presencia del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, desde el 18 de abril en un hospital de Logroño, algo que entonces la ministra descartó por completo. Marlaska fue el único que avisó de las consecuencias que podía tener, y esas consecuencias han llegado.
Interior dice que el número de personas que han cruzado la frontera son 8000 y la mitad de ellos ya han sido repatriados. Mientras en Ceuta corre cierto temor y hartazgo ante el uso interesado de Marruecos de las fronteras. Por eso, quizá el hostil recibimiento que ha tenido Pedro Sánchez en su llegada a Ceuta.
