Boris Johnson vive hoy su brexit "biopolítico". O sea, su propia dimisión. ¿Qué tipo de mecanismo interno será el que mueve a los políticos a aferrarse al cargo incluso cuando están cayendo en picado y se van a estrellar? El primer ministro británico ha ejecutado la misma danza suicida que aquí hemos visto hace muy poco a Mónica Oltra y que sigue ejecutando Laura Borrás. "No dimitiremos", cuando saben que no hay salida.
Ayer, Johnson, dijo que no dimitiría. Hoy ha dimitido. ¿Qué ha pasado entre una frase y otra? En este caso una reunión de los diputados 'tories' hasta bien entrada la pasada madrugada y la constatación de que seguir sosteniendo lo insostenible únicamente retrasaría el final.
