Son macroincendios. Las altas temperaturas y el descuido negligente y criminal de los bosques alumbran una nueva generación de incendios incontrolables.
Pedro Sánchez ha dicho que estos incendios son "devastadores". Lejos de depurar responsabilidades, Sánchez ubica el problema en un marco global, el cambio climático. Ha dicho que el cambio climático es "letal". Lo cierto es que tanta insistencia suena muy "sanchista" y como excusa porque los bosques están sin trabajar, no se limpian, no se permite que se toquen.
Si a esto sumamos la menguante dotación de los medios contra incendios, su privatización en demerito del compromiso de conservación, nos encontramos con las cerillas para que todo esto reviente.
Hoy, Fernández Mañueco ha pedido una reunión de presidentes autonómicos para revisar las políticas medioambientales. El Gobierno le ha respondido que sí. Ojalá sirva para que se lo tomen en serio de una maldita vez.
El ganado no vota, los bosques tampoco, y en los pueblos no se forjan mayorías políticas, pero el abandono de los campos y los pueblos es el final de nuestra forma de vida.
