"Apoyo de Otegi a los presupuestos, a cambio de mejora en la vida de los ciudadanos. Los ciudadanos presos, los suyos... Los de ETA, sí, los que están en la cárcel por procurar el bien de otros ciudadanos.
Esto me recuerda, por cierto, que no es cuestión menor que hoy el Gobierno dé cobijo legal, a través del anteproyecto de Ley de Memoria Democrática, a las aspiraciones de las miles de familias que llevan años exigiendo que los restos de los suyos, víctimas de la represión del franquismo, descansen en paz y se haga justicia con su memoria, incluso anulando, como hace el proyecto las sentencias condenatorias.
Pero una mirada de justicia no puede enterrar como si tal cosa la memoria atroz de los crímenes etarras. Y que hoy, que saludamos la nueva de esa reparación, tengamos que tragar con que los etarras encarcelados por terrorismo se conviertan en moneda de cambio político, no deja de ser una amarga superposición de emociones que, sin embargo, evidencia la singular moral selectiva, la escasa sensibilidad ante víctimas más recientes que exhibe este Gobierno que se alía con quien haga falta para seguir ahí".