Les voy a decir una cosa. Y las cañas se volvieron lanzas, Juan. “No hay amigo para amigo”, como dice El Quijote, no hay amigos cuando de la investigación de los EREs se trata. Hubo amigos, amiguetes y colegas interesados en pillar dinero de la Junta en los buenos tiempos, cuando se podía “distraer” dinero público para enriquecimiento privado sin que ninguna juez metiera las narices en aquel chollo. Pero ahora los amigos no existen.
El monólogo de Alsina: ‘Y las cañas se volvieron lanzas’
Les voy a decir una cosa. Y las cañas se volvieron lanzas, Juan. “No hay amigo para amigo”, como dice El Quijote, no hay amigos cuando de la investigación de los EREs se trata. Hubo amigos, amiguetes y colegas interesados en pillar dinero de la Junta en los buenos tiempos, cuando se podía “distraer” dinero público para enriquecimiento privado sin que ninguna juez metiera las narices en aquel chollo. Pero ahora los amigos no existen.