El Gobierno está imbuido en transmitir normalidad, la nueva normalidad. La ministra de Industria y Turismo, Reyes Maroto, alienta y ánima a los españoles a coger vacaciones este verano y viajar por España.
La cuestión es disfrutar, pero sobre todo reactivar. El Gobierno afirma que las medidas sanitarias de seguridad en los aeropuertos son las aplicadas por las autoridades europeas. El alcalde de Madrid, Martínez Almeida no se fía, quiere más controles a los viajeros que provengan de países en riesgo y los trabajadores muestran su preocupación, hay protocolos para los pasajeros pero no están claros para los empleados.
El Gobierno insiste, asegura que la reactivación ya se nota, que el viento está rolando, está cambiando. Pero la facturación del sector servicios y de la industria se hundieron en abril y la gran distribución asegura que sus ingresos se redujeron en 30.000 millones.
Las reservas de hotel en algunas zonas crecen, como en Andalucía, algo tendrá que ver las rebajas de precio. Esto provoca, según el Gobierno, que 1,2 millones de trabajadores hayan abandonado los ERTES, quedan todavía otros dos millones de personas bajo este paraguas cuando este lunes la bolsa decide cerrar en rojo con un descenso de casi el 1%, Moodys amenaza con rebajas de calificación a las empresas españolas, Pekin y Bruselas se van de cumbre y Estados Unidos lanza su programa Chips for America, una nueva tormenta comercial contra China centrada, esta vez, en la industria de los microprocesadores.