Madrid |
Por ejemplo, la primera potencia económica del planeta, Estados Unidos, podría haber perdido 20 millones de empleos en el mes de abril, según la consultora laboral ADP, por culpa de la parálisis económica provocada por el coronavirus.
Donald Trump se hizo famoso despidiendo a gente en un programa de televisión. Ahora, no quiere perder su empleo en la Casa Blanca. Las elecciones presidenciales son en noviembre y no desea pasar a la historia como el Presidente de la nueva Gran Depresión del siglo XXI.
Ya sabemos que la primera ambición de un político es llegar al poder y la segunda mantenerse. Eso en Estados Unidos, en China, en España o en cualquier lugar. Sánchez ha salvado hoy un matchball. Pero la economía es incansablemente machacona. Como una gota malaya siguen cayendo los datos macro. Así que aquí va un goteo.
La Unión Europea considera que España es junto con Grecia e Italia uno de los países que peor van a afrontar la recesión. La Autoridad Independiente de Responsabilidad fiscal le saca los colores a Hacienda. Para empezar el agujero fiscal será mayor, puede rozar el 14%.
En las previsiones de la ministra Montero faltan 14.000 millones de ingresos y la recuperación, lamentablemente, será mucho más lenta de lo deseado por la vicepresidenta Calviño. Y tercera gota malaya: la actividad del sector servicios español baja a mínimos históricos, según el PMI, indicador adelantado de abril.
Esta encuesta que se realiza a los gestores de compra de las empresas, los que deciden gastos e inversión, también señala que dos de cada tres muestran expectativas negativas para los próximos 12 meses. Con todo esto, y el enfrentamiento creciente entre Pekín y Washington, lo extraño es que la bolsa española solo haya retrocedido hoy un 1 con 13%.