Madrid |
La OIT, la Organización Internacional del Trabajo, la más antigua organización multilateral del mundo, más de un siglo a sus espaldas, ha hecho algunos cálculos terribles. Estima que el Covid-19 ha provocado una caída de algo más del 10% de las horas trabajadas en el planeta.
Esto supone la pérdida de algo más de 300 millones de empleos de 48 horas laborables a la semana. No hay que irse muy lejos para ver los efectos de la pandemia. Ayer contábamos las cifras de la EPA, hoy vemos el impacto en las ventas del comercio minorista. Retroceden en marzo más del 14% y eso que el Estado de Alerta comenzó a mitad de mes.
Estados Unidos ha presentado una caída anualizada del PIB del 4,8% en el primer trimestre. Dice así adiós a una década de crecimiento. Y lo hace con 26 millones de estadounidenses solicitando el subsidio de desempleo. Son las peores cifras desde la Gran Depresión.
Este jueves le toca a España presentar sus datos de PIB. Y cuando hay sangre aparecen las Agencias de calificación. Ya hemos visto rondar a Moodys por aquí y este miércoles es Fitch la que golpea a Italia. Rebaja la calificación de la deuda pública transalpina a casi bono basura.
Aquí, Bankia asegura de manera contundente que España no necesita un rescate de Europa. Pero en el ámbito político la cosa se enrarece, sobre todo por el lado de los aliados nacionalistas del Gobierno. Con las nuevas amenazas de Rufián y del PNV es posible que la coalición Sánchez-Iglesias sea quien finalmente necesite un rescate.