Estaba el cielo de Madrid esta mañana de color azul sangre. Decían los romanos que marzo era un buen día para nacer y lo que fuera. No va a haber Feria de Abril, pero al menos tenemos los idus de marzo. De Murcia no mandaron un paquete con un pescado a la presidencia de la Comunidad de Madrid porque se iba a poner malo por el camino, pero mandaron un bocata de calamares del Brillante para anunciar que el acuerdo de gobierno entre el PP y Ciudadanos estaba nadando con los peces del estanque del Retiro.
Los peces de Madrid meriendan bollería industrial que les tiran los asesinos en serie, tienen dos cabezas y las dos se parecen a Íñigo Errejón. La presidenta tiene dos mociones de censura. Díaz Ayuso es una hacker y se enfrentó al atril para convocar elecciones en Madrid. Tomó aire tres veces antes de decir la primera palabra como si fuera a soplar las una tarta de cumpleaños inversa con velas con encendidas y para entonces, las llamaradas llegaban al techo.
Al gobierno de la Comunidad de Madrid se le queman los bosques cada verano. Isabel Díaz Ayuso y Pedro Sánchez son dos políticos muy parecidos porque siempre se les infravalora y llegan a este estado de gracia inmortal por caminos distintos, él con la sonrisa y la guapura de novio de tarta de bodas y ella con ese aire de novia antigua, siempre entre lo punkie, lo de Lladró y la Imaginería de Salzillo, exponente del barroco murciano, mira por dónde. Esa es su pasión: cada año los dan por muertos y al final verás cómo resucitan.
