Traigo el paso de los días, el devenir de los tiempos, el cambio de las cosas. Antes venían a España los hombres de negro con sus maletines y sus sierras eléctricas presupuestaria y ahora en las misiones vienen las mujeres de Negro de Bruselas y parecen de Abba. Una va de rosa y la otra de azul.
La delegación de Europa, yo les ponía una Gopro. Ando imaginando las cosas que se dirán a la llegada al hotel. Cómo te ha ido el día, Mónica Hohlmeier, pues muy bien pero no te lo vas a creer. Les he preguntado por los fondos y la reforma del delito de malversación y me han dicho en el Gobierno, tú no te preocupes que la reforma de la malversación no es para llevarnos los dineros de Europa, es para sacar de la trena a unos amiguetes que intentaron romper España pero nos mantienen en el gobierno. Qué jodíos. Y Elzbieta Lukacienska, estoy deeply concerned porque no te lo vas a creer pero es que en España no hay manera de saber qué es lo que pasa con la pasta desde que llega de Europa hasta que llega a su destino.
Y tú, Elzbieta, qué tal te ha ido. Pues sabes que han cambiado la ley para proteger a las mujeres y que terminaron por rebajar las penas a quinientos violadores. O más. ¿Y Elzbieta, no les has echado la bronca? Les he dicho que tenía esperanza de que lo arreglaran y me dicen que en Españita esperanzas tienen muchas. Solo en Sevilla hay dos. La Esperanza Macarena y la de Triana.