Traigo la madre de todas las madrugadas, noche de cera, incienso, penitencia, tambores y cruz de guía, de silencio, de lanzada, amargura, cruz, corneta, palio y esperanza macarena, estrella de la mañana. Le dijo Simeón a María: “Y a ti, una espada de atravesará el corazón”. Un amigo mío vio por primera vez una virgen en Málaga y me dijo que le parecía un espectáculo triste. Le respondí que le habían han matado al hijo, qué quieres, que bailen, ¿Paquito el chocolatero?”
No todo el mundo debe comprender la semana santa, pero es que van diciendo que esta noche se pasean muebles de madera tipos que después entran en trance con la ceremonia del mono de Sumatra en la que el chamán es un actor y el mono es de peluche
Entran en contacto con el cosmos con la primera gota de rocío que resbala por el pétalo de una flor. En cualquier parte entienden la costumbre de la gente de allí que desprecian cuando la hace la gente de aquí, pobres fanáticos, supersticiosos con el tarro comido por el oscurantismo de la iglesia.
Ha venido el Cis de Tezanos a decir que cada vez menos gente es creyente en España, señal de que la iglesia está de moda. La gente ya no cree en Dios porque la gente cree en Sánchez sonriendo de romano guapo que azota con su látigo a los conservadores en el paso de Las Tres derechas, madera policromada, Francisco Salzillo, 1761. En el Arco del Postigo del Sanchismo se escucha la saeta a Sánchez que dice así: “Amánsate fiero sayón, que como el Cis no acierte, la divina bofetá va a ser bofetá de muerte”.