Hoy traigo que he añadido a mi catálogo de paraísos en la tierra el escenario de la entrevista a Koldo en El Mundo. Esa mesa larga, esas sillas apiladas, el mantel a cuadros, las copas con hielos licuados que alguien abandonó, la bombona, la paella, la bolsa del Mercadona con una botella de refresco. En uno de los troncos, alguien dibujó una cara, quizás en una fiesta de cumpleaños de algún niño que se habrá hecho ya mayor y seguro que ahora le habla fatal a su padre. Entre la pinaza se averiguan colillas, quizás un juguete olvidado, descolorido por el sol, la pelota cuarteada que alguien tiró a un perro y no la encontré. Yo creo que cocinar paellas en el pinar de Koldo debería ser considerado atenuante.
Mi Españita ha adquirido una dimensión doméstica y marital. España es una casa, es una cama, es Mónica Oltra exculpada y el marido de Mónica Oltra, Isabel Díaz Ayuso y el novio de Isabel Díaz Ayuso es Sánchez a la mujer de Pedro Sánchez y Pedro Sánchez. A Begoña mi Españita le va tomando la rotonda y las circunvalaciones y en el pepe ni siquiera nombran a quien no debe ser nombrada.
De momento van apareciendo cartas que como todas las cartas significan un poco todo y un poco nada. En unas de ellas recomienda la empresa de Carlos Barrabés -¡salvad a Barrabés!- para unas licitaciones públicas del Gobierno. Convendrán conmigo en que lo mejor para que nadie insinuara que la mujer del presidente recomendaba a empresas de amigos ante el Gobierno que preside su marido sería que no hubiera firmado cartas recomendando a las empresas de sus amigos para licitaciones públicas del gobierno que preside su marido.
