Traigo que la Justicia obliga a Marlaska a admitir a Pérez de los Cobos y el ministro del Interior bueno, que ya veremos. Antes se decía: "acatamos y respetamos las sentencias", y ahora va Marlaska sacando el dedo palabrota. El dedo palabrota es como mis hijas le llaman a hacer la peineta en una elipsis precisa y tierna: "Papá, mamá le ha sacado el dedo palabrota por la ventanilla a un señor". Algo habría hecho.
La forma léxica del insulto es importante. Carajote viene de carajo, que es el mástil a la que mandaban a los marineros por castigo y bajaban mareados, tambaleándose y efectivamente, carajotes. Vete al carajo, me tienes hasta el carajo. Una amiga francesa dijo un día en Cádiz. "Estoy del carajo ya de todo el mundo".
Ando con la levantera de las palabras de Cádiz porque allí han organizado un Congreso de la Lengua y se ha sentado al Rey Don Felipe a tocar el cajón flamenco. "¡El primer rey cajonero!", gritó de pronto el presentador porque en Cádiz, el Rey es paisano y el mendigo, un monarca. Sin revoluciones, ni guillotinas, solo gracias al amor y al 'age'.
Recuerdo un día en que la reina Sofía inauguraba un centro de flamenco en el Barrio de Santa María, y le seguía uno con un radiocasete atado al cuello con música del coro de Julio Pardo. A Chano Lobato le dio un coma diabético se lo llevaron los escoltas de la reina porque si no, palma allí mismo. Subió Chiquito de Cádiz en sustitución del gran Chano y dijo: "Esta canción se la quiero dedicar a la reina Sofía Loren". Ella se rio.
