Javier Gomá nos invita hoy a reflexionar sobre la historia de la cultura del siglo XXI, que el filósofo ha definido en cinco conceptos.
La primera palabra que señala es vulgaridad. Considera que "vivimos en una sociedad de la vulgaridad", que él la defiende como "un estado de progreso moral". "La hija fea de dos padres hermosos, la igualdad y la libertad", añade. Gomá comenta que "no hay que pensar que es el lugar de llegada, sino el de salida".
La segunda es presentismo, un buen contraste con el primer concepto. Explica el filósofo que la democracia liberal es "el estado final", ya que no se puede proponer algo que la sustituya como sistema político. Aunque, sí cree que se podría "mejorar el sistema liberal" o refinarlo, hacerlo más justo o mejor.
El siguiente es el descontento. "La democracia liberal es el mejor sistema de la historia, nunca ha habido algo comprable tanto en términos materiales como en morales". Comenta que somos imperfectos, con el "único matiz" de que somos los menos imperfectos de la historia. "Somos los mejores, pero estamos enfadados". No cree que completáramos el retrato del siglo XXI, si solamente pusiéramos el acento en la primera parte. A mayor progreso moral, mayor descontento.
Continúa el filósofo con pantalla. Argumenta que se produce una especie de duplicidad en el humano que vive en una realidad común y natural y al mismo tiempo, vive otra realidad poblada de imágenes, simulacros, virtual, plural y que "no es resistente". El yo del siglo XXI es uno "esencialmente fragmentado y extendido entre dos planos". "A mi juicio esta realidad que tantas cosas buenas nos proporciona, retrasa la adaptación sentimental de la gente a la realidad".
La última es cosmopolitismo algo que define Gomá con "occidentalismo".
