OPINIÓN EN LA BRÚJULA

La carta de Ónega a María Jesús Montero: "Cuando esto pase, habrá que darle un premio a su prodigiosa imaginación"

Le escribo, señora, como ministra portavoz, no como ministra de Hacienda. Es que la veo cada martes, muchos viernes como hoy y otros muchos días, y es usted el cordón umbilical que une al gobierno y a la sociedad.

ondacero.es

Madrid |

Por mis antecedentes casi penales, comprendo su tarea mejor que ninguna otra dentro del gobierno. Hoy mismo la imaginé al terminar el Consejo de Ministros. Yo les hubiera dicho a los compañeros: hale, vosotros a vuestras casitas, a terminar la semana, y yo a torear a los periodistas.

Y hay días, ministra, que su trabajo es una misión imposible. Y si es posible, es heroica. Y si es heroica, es impagable. Tiene que hacer usted el milagro de convertir el agua en vino, como Jesús, y el plomo en oro, como Midas.

Hoy tenía que convertir el gran bochorno del pacto con Bildu en un servicio a la patria. Y entonces, toda la imaginación del país se concentra en su persona. Y a donde no llega la razón, llega la creatividad. Debo reprocharle que haya sido poco original al culpar al PP de ese pacto. Pero en lo demás ha sido genial.

¿Qué se hizo con ese acuerdo? Proteger la salud de los españoles. Todos convenimos en que la abstención de Bildu era innecesaria. La prórroga estaba conseguida con Ciudadanos, pero aquí lo que importa, a ojos del gobierno, es la intención. Y usted, señora Montero, elevó el acuerdo a la categoría máxima, que es la categoría de salvación de vidas humanas.

No hubo momento en la historia de Bildu del que se haya podido insinuar tal cosa. No hubo pacto en la historia de los pactos, ni siquiera los de La Moncloa, que haya dado un resultado tan benefactor para la humanidad. Y esa conclusión no la oscurece el hecho de que don Teodoro García Egea haya dicho antes que las acciones de los gobiernos del PP han salvado vidas.

Al revés, la engrandece, porque la política española ha dado un giro espectacular: la contienda entre poder y oposición consiste en demostrar quién ha salvado más. Pero no me quiero perder en comparaciones. Le he escrito, ministra, para valorar su trabajo. Y créame: es pasional, se lo nota en el hablar. Y es ingenioso. Como debe ser. Cuando todo esto pase, habrá que darle un premio a su prodigiosa imaginación.