Opinión en la brújula

La carta de Ónega a Pere Aragonés: "Quien impide la libre circulación, es un violento"

Buenas noches al vicepresidente de la Generalitat de Cataluña, don Pere Aragonés. Ha representado usted en el Parlament la segunda parte del "apretéu". Apretéu en versión Aragonés, un escalón por debajo de Quim Torra. Ha cogido usted el guión de la ópera independentista y, como el "apretéu" ya está registrado y funcionando, su mensaje es: no aflojéis. Textualmente: "necesitamos a la gente movilizada, porque no podemos aflojar".

Fernando Ónega

Madrid |

Y de usted, Aragonés, dicen que es el templado. Usted es el hombre que mereció el elogio reciente de Pedro Sánchez, que le considera "un independentista razonable". Oído lo que ha dicho usted, ese piropo casi le debe parecer un insulto. Porque un independentista razonable busca la independencia en uso de todas sus libertades, pero por la vía legal y sin caer en el chantaje.

Y así, nadie le puede censurar sus duras condiciones a Sánchez e Iglesias para la abstención de ERC en la investidura. Nadie le puede reprochar que reclame una mesa de diálogo, aunque sea para algo tan inconstitucional como es la autodeterminación. Que se sepa, pedir no es delinquir.

Si el dúo Sánchez-Iglesias hablan también de diálogo, y este escribidor cree en el diálogo como camino de solución, no será este escribidor quien se oponga. Solo es cuestión de acordar el cómo y el para qué, que ustedes todavía no lo han dicho.

Pero animar a los que cortan carreteras, a los que hacen daño a la economía y a las personas, animarlos a que no aflojen, eso no es razonable en un gobernante. Es lo que se espera de un activista que levanta barricadas. Es lo que se espera de quienes ponen por delante el eslogan de "independencia o barbarie". Es lo que se espera de los encapuchados.

Pero no se puede esperar ni de un presidente de Comunidad Autónoma ni de su número dos, que es usted. Usted, siendo el responsable político de la economía en Cataluña, incita a quienes dicen pretender el colapso de la economía nacional, que incluye a la catalana. Y no se esconda en la no violencia, señor Aragonés: quien impide la libre circulación, quien retiene a cientos de personas día y noche sin escapatoria, es un violento. Y quien lo incita a que no afloje es un agitador.