Opinión en La brújula

La carta de Ónega a los oyentes, sobre los rebrotes: "Por el amor de Dios, protejámonos"

Fernando Ónega dedica su carta en La Brújula a los oyentes, a aquellos que se van de vacaciones, a los que se van de fiesta o a los que salen a pasear. Simplemente busca que miren la tendencia de muertes y contagios y pide que nos protejamos.

ondacero.es

|

Hoy te escribo a ti, oyente que a lo mejor comienzas las vacaciones; a vosotros, muchachos y muchachas del viernes noche; a quienes estáis a punto de iniciar un botellón; a mí mismo, que mañana saldré de sábado. Habéis oído, hemos oído, las cifras de contagios y muertes de las últimas 24 horas: 17 fallecidos, 174 contagiados del Covid.

Mirad ahora la tendencia: al comienzo de la normalidad después del estado de alarma, había un muerto cada día y los contagios andaban alrededor del centenar o incluso por debajo. Y de pronto, la lista de defunciones empezó a ser de cuatro, de cinco, y la de contagios, de 130, 140. Los brotes eran una docena y ahora estamos en 59. Y ya se tuvo que levantar un hospital de campaña en Lleida.

No quiero asustar ni soy quien para hacerlo. Pero sí me resulta inevitable decir que este incremento de afectados coincide con las fotos de calles de vinos repletas de gente sin mantener la distancia ni usar mascarillas. Y coincide con las imágenes de fiestas en pueblos y ciudades. Y nos han contado cómo la policía resultó impotente para deshacer uno de esos jolgorios. Y muchos de los casos publicados tuvieron su origen en celebraciones familiares.

Estamos ante el triunfo del descuido. Hemos cogido confianza. Se nos dijo que el virus ahora tenía menos fuerza, como insinuando que había dejado de matar. Y así hemos pasado del pánico de cuando no había morgues para meter los cadáveres a la tranquilidad --¿me dejáis llamarle insensata?-- de que ya no pasa nada, que el virus es como un ciclón que ahora anda por Estados Unidos o por Brasil, pero nosotros somos tan sabios que lo hemos conjurado.

También, gracias a nuestro gobierno, que habla del Covid en sus discursos como una batalla ganada por su buen hacer y su valentía para ordenar el confinamiento. A lo mejor los datos de hoy no significan nada. Pero, como en las encuestas, lo que importa es la tendencia, y la tendencia es inquietante. Por el amor de Dios, protejámonos. Primero, por nuestra salud y nuestras vidas. Y segundo, porque la tendencia puede hundir más el ya hundido turismo, que es como hundir al país. Perdonadme el sermón, pero lo necesitaba decir.