Opinión en La brújula

La carta de Ónega a Inés Arrimadas: "Intente salvar al centro, lo necesitamos más que nunca"

Buenas noches a doña Inés Arrimadas. Le escribo simplemente para darle ánimos. Se enfrenta usted a las tareas más difíciles a las que se puede enfrentar un político no gobernante: liderar un partido sin tener el nombramiento de líder ganado en un congreso.

Fernando Ónega

Madrid | 19.02.2020 23:25

Hacerlo importante con solo diez diputados después de haber tenido medio centenar; aguantar cada miércoles el disco rayado del presidente del gobierno casi como única réplica a su labor de oposición; recuperar la buena imagen de Ciudadanos, tan deteriorada por la fuga de fundadores y su desvío a la derecha cuando se había acreditado como la gran referencia centrista; torear la oposición interna, que espera que usted cometa un error para descabalgarla; temer que aparezca alguna encuesta, porque cada una que sale le echa vinagre a su fin de semana; y ahora, enfrentarse a un proceso electoral en Galicia y el País Vasco, territorios poco propicios para los intereses de Ciudadanos.

Ni el peor adversario le hubiera preparado a usted un terreno más pantanoso para suceder a Albert Rivera. Su horizonte es una labor de gigantes, señora Arrimadas. Una misión casi imposible. Por eso admiro que siga ahí, con su fe intacta en su partido y en usted misma.

Por eso contemplo esta legislatura como un largo examen al que usted se somete y en el que solo hay dos salidas: o resucitar o preparar un honroso funeral. Y por eso la sigo con tanto interés estos días persiguiendo como sea un pacto electoral con el Partido Popular.

Me gusta y no me gusta, señora Arrimadas. Me gusta su lucha por una coalición electoral como forma inicial de supervivencia en este mar de tiburones. Me preocupa que tanta insistencia en las coaliciones esté transmitiendo la imagen de que Ciudadanos por sí solo no puede sobrevivir.

Porque una coalición electoral en la lista de Feijoo, por ejemplo, es, en el fondo, una forma de diluirse. Y yo no quisiera ver al centro político diluido en un mapa polarizado. Haga lo que haga, señora Arrimadas, le pido una cosa: intente salvar al centro. Lo necesitamos más que nunca.