OPINIÓN

La carta de Ónega al robot Sophía: "Como lo hagas bien, mal futuro veo a los portavoces de partidos y gobiernos"

Fernando Ónega dedica su carta a Sophía, un robot desarrollado en Hong Kong que interactúa con personas y ofrecerá datos de las elecciones de la Comunidad de Madrid en tiempo real.

Fernando Ónega

Madrid | 03.05.2021 23:28

Y buenas noches, Sophía. Sophía escrita con p y hache, como el gran Raphael, para que no te confundamos con la reina doña Sofía ni con la infanta, porque siempre habrá quién pregunte por qué, para poner un nombre real, no le han puesto el de Letizia. Pero antes te quiero presentar. Aquí, mis oyentes; aquí el robot Sophía. Para ser más ortodoxo, el software inteligente de aspecto humanoide que se estrenará en el escrutinio de las elecciones de la Comunidad de Madrid.

Mañana a esta hora seguro que te habremos escuchado dando los porcentajes de participación y los resultados de cada partido. Y probablemente tu voz se nos ha hecho familiar, como la del Siri. Tenía que ocurrir, Sophía: una campaña como la que hemos vivido, algunos sufrido, tenía que tener guardada todavía una sorpresa, y esa sorpresa eres tú. Una moza que parece un robot o un robot que parece una moza, criada en Hong Kong y tan perfecta, que hoy –no sé mañana—te has vestido de chaqueta roja y blusa blanca, como Isabel Díaz Ayuso y Mónica García en el debate de Telemadrid. Como las dos, para que nadie diga que eres de izquierdas o de derechas. Y tan perfecta, que superas a esas criaturas de las que decimos: “solo le falta hablar”. Y tú hablas, Sophía. Vaya si hablas. Incluso hemos visto que le hacías alguna broma a la señora Ayuso, que supongo que te habrá llamado “humanoide a la madrileña”.

Dice la nota de presentación que eres capaz de interactuar con los 160 periodistas acreditados en el Centro de Datos. ¡Ay como lo hagas bien! ¡Ay, como no cometas errores! Como lo hagas bien, Sophía, como no cometas errores, mal futuro veo a los portavoces de partidos y gobiernos. Tú y todos tus hermanos y primos los sustituiréis, que tú no titubeas, ni dudas cuando tienes que mentir, ni hay un gesto en tu rostro que denuncie debilidad. Eres la revolución, Sophía. Tenías que llegar y has llegado, atraída por la libertad (ya será el dinero) de Madrid. Solo te veo un problema de compleja solución: Irene Montero, Ione Belarra y otras miembras del gobierno deben estar preparando un manifiesto o una manifiesta con esta justísima reclamación: un robot que tiene nombre de mujer y tiene voz de mujer y viste como una mujer, no puede llamarse robot. Habrá que llamarte robota.