Hoy se cumplen 10 años del terremoto y el posterior tsunami que provocó el desastre nuclear de Fukushima, el mayor accidente nuclear desde Chernóbil. En este trágico suceso fallecieron y desaparecieron más de 18.000 personas y miles morirían después por causas vinculadas a la tragedia.
El colegio de Okawa, ubicado al norte de Sendai y a 4 kilómetros del mar, fue escenario de la trágica muerte de 74 niños y 10 profesores. “Ver la fotografía de los niños y el relato de la gente que estuvo cerca en aquel momento se nos clavó en la memoria y en el corazón”, cuenta Juanma Cuéllar.
Además, asegura que fue el resultado de una suma de negligencias. “Esos niños estuvieron 50 minutos esperando tras la alarma del tsunami pero finalmente el agua se los llevó. Fue tremendo las jaulas que estaban hechas de hormigón armado estaban reventadas, el agua retorció los muros con una fuerza increíble”.
Algo que le llamó la atención fue que debido al gran número de fallecidos "no se podían practicar entierros convencionales y hubo que incinerar", y eso no es la costumbre en Japón, "ya que como en otras culturas orientales es muy importante el respeto a los fallecidos y en relación a lo que viene después de un fallecimiento, pero fueron muy disciplinados con esto y supieron admitirlo”, explica.
