Hablamos de "las golondrinas'", pero no de los pájaros, sino de unas mujeres que tomaron este nombre porque sus migraciones coincidían con las de las golondrinas. Eran las chicas que vivían en los valles navarros de Salazar y de Roncal, en el Valle de Hecho, en Huesca, y que todos los otoños se trasladaban al Valle de Mauleon, en Francia,para trabajar de alpargateras y regresaban a casa la primavera siguiente.
Esta historia la conocemos gracias al libro 'La frontera lleva su nombre' de la escritora Elena Moreno Scheredre.
Estas mujeres migraron desde 1860 a 1940. "Estas mujeres iban en grupo y cruzaban los Pirineos a pie, sin calzado adecuado y con muchas tormentas, nieve... ". Además, Elena cuenta en su libro que "trabajaban en condiciones bastantes difíciles.
